QUÉ QUIERO DECIR CUANDO DIGO AMISTAD

 

Hoy hace ya cuatro años que nadie me llama "Mendo".
Cuatro, que los miércoles volvieron a ser un día más de la semana
y perdieron la magia del mercado, el café y las confidencias.
Cuatro en los que he ido modelando tu  ausencia con recuerdos,

en los que no se ha estropeado ningún grifo, ningún enchufe,
ni fue necesario colgar ningún cuadro,  ninguna lámpara.

Todo se mantiene como lo dejaste.

Hoy hace ya cuatro años que me acompañas en cada instante

Y sigo llenando con tu nombre la certeza de que fuimos felices.
Sigo guardando tu correo, tu número de móvil y las horas
del imaginario reloj que nos inventamos para contemplar la belleza femenina.

Hoy iré a verte, mojaré mis manos en ti, pasearé por tu orilla

y dejaré flotando sobre el agua que ahora eres
pétalos de flores y dos besos.
No temas, regreso cada día.
Te llevo conmigo a todos lados.

Hoy eres el privilegio de esta amistad compartida

que me acompaña y me hace sonreír.

[26 de mayo de 20013]Hoy hace ya cuatro años que me acompañas en cada instante
y sigo llenando con tu nombre la certeza de que fuimos felices.
Sigo guardando tu correo, tu número de móvil y las horas
del imaginario reloj que inventamos para contemplar la belleza femenina. Cuatro en los que he ido modelando tu ausencia con recuerdos,
en los que no se ha estropeado ningún grifo, ningún enchufe,
ni fue necesario colgar ningún cuadro, ninguna lámpara.

Todo se mantiene como lo dejaste.

Hoy hace ya cuatro años que me acompañas en cada instante
y sigo llenando con tu nombre la certeza de que fuimos felices.

 

Seguiré estando cerca cuando te hayas ido.
Es de las pocas certezas que los años me han regalado de ti.

¿Quién pronunciará nuestro nombre cuando seamos pasto del olvido?
¿Cuánto tiempo sobrevivirá nuestro recuerdo en los demás, sin miradas, sin caricias? 

¿Valió la pena provocar tal dolor por nuestra ausencia?
¿Quién nos mandó amarnos, necesitarnos?




Al hombre que sea capaz de vivir y morir solo,
le sobrarán todas estas preguntas,
todos estos temores...

Mendigar el hambre de tu cuerpo.
Pura necesidad de devorarte,
eres ese empacho
que jamás me harta.

Al leer, al escribir,
me seduce que el final de la historia, 
del relato,
no tenga final.

El final debe ser sólo el comienzo de un inicio.

Qué será de mí cuando te hayas ido.








Cómo recompondré los maltrechos ladrillos
de esta casa vacía sin ti.

No sé retenerte,
tan sólo sé perderte.

Mis besos moribundos
y tus adioses

quedarán depositados
en esta casa de empeños que es la vida.


Nadie vendrá a canjearlos.

Nos salvará esperar.
Mi empeño por tu desnudez
viste las horas no marcadas
por el reloj de arena de tu cuerpo.

REGRESO AL PARAISO

No temo pecar...
¿Qué religión podría prohibirme saciar
mi sed con tu saliva?
Entrelazados a tus muslos,
mi hambre y mi gula...

La leve distancia entre
lo imposible y el deseo
deja siempre un amargo
sabor a derrota.

¡Busco miedos ..!
 

                             [de cualquier índole]

para tener el pretexto de refugiarme siempre en TI.

Hay una nube de miedos empeñada en llorar sobre mí.
No abriré ningún paraguas...
Necesidad de sentirte...
... y saberme vivo.

No me importa dejar escrito mis sueños
 si TÚ dejas escrito tus deseos.