No por su gastada vida
ni por el negro color
perdido en grises aguas.
Con ellos caminaste entre
la ciudad vencida.
sobreviviendo a tantas derrotas.
Los días esperados no llegaron para ti ni para ellos.
No encontrarás un silencio
tan cómplice como el suyo.
Me estremece su fidelidad a ti,
al suelo
en el que arrastras tu sino.
Ojalá un día te atrevas a desatar sus cordones
y otorgarles el privilegio
de desandar lo andado.