jueves, 1 de mayo de 2014


ANTES  DEL ADIÓS

El frío silencio de la muerte no marca 
teléfonos, no toca en las puertas
ni pronuncia nombre alguno, 

pero tú reconocerás su llamada,
su mano en el pomo
mientras de su boca caiga tu nombre
como una sentencia.

No te concederá ninguna despedida,
un último beso, un adiós,
porque incluso el “hasta luego”
también se lo ha de llevar.

Toda tu vida convertida en ese desorden
que nadie concluirá.
Todo como pasto del olvido.

No podrás mirar a los ojos
de quien te llore
ni enjugar sus lagrimas
en esa despedida hacia la Nada.

Quedarás desnudo,
sin nadie
y ellos sin ti.

En eso se resume
el silencio de la muerte.
Eso es todo lo que te permanecerá.

Aún estás a tiempo si crees que debes
abrazar la necesidad,
consolar los miedos,
ordenar tu caos y
escribir unos versos,

tal vez parecidos a estos.